Media vuelta al Sol
9 vueltas al Sol
En la infancia comienza todo, concédele el valor que merece.
30 vueltas al Sol
¿Quién soy?
Mi nombre es Blanca y soy muchas cosas, pero en lo que nos concierne en este propósito, soy psicóloga, especializada en Trastornos del Neurodesarrollo infanto-juvenil, con base espiritual y energética y fundamentada en la Psicología Positiva y Transpersonal, especialmente en el enfoque con adultos, y de Crianza Respetuosa y Consciente en el acompañamiento a familias y peques.
Nací en Barcelona en el año 89 bajo la constelación de Piscis y desde bien pequeña supe que mi camino era ayudar a la gente o, al menos, intentarlo.
¿Por qué hago esto?
Principalmente, por ser como soy. Sin embargo, hubo un punto clave en mi vida que determinó este camino.
Unas circunstancias personales hicieron que a los 9 años acudiese a un psicólogo que, maravillosamente, me cambió en gran parte la vida, porque no sólo me ayudó incluso cuando yo no quería, si no que ese suceso favoreció que fuese quién soy y dedicarme a lo que me dedico. Me ayudó a descubrirme (estuve con él durante 5 años) y comprender mi alta sensibilidad, conocerme poco a poco cada vez más y a adentrarme en ese camino que jamás acaba. Es necesario conocernos y cuidar nuestra energía usando las herramientas que todos traemos con nosotros. Ese conocimiento es la llave para poder desarrollarnos en nuestro máximo potencial.
Desde que iba al colegio sentía que había cosas que debían cambiar y que era necesario un cambio de paradigma, pero no fue hasta que crecí y empecé a investigar en mis años de universidad, que me topé con el camino de la crianza y educación conscientes, y la psicología más humanista, enfocada en el bienestar propio a través de la responsabilidad, la libertad la y la consciencia de uno mismo.
Desde entonces, trabajo en pro de todo lo que ello implica y me voy actualizando al respecto. Sentía y siento la necesidad de hacer que psicología y educación converjan para poder dar una mirada global a esos procesos que tan al límite nos llevan a veces, tanto a nivel personal como en la crianza. Todo está conectado. Es básico sentirse a gusto y querer adentrarse en el interior de cada uno para acompañar y acompañarnos con seguridad y confianza, y responder a todas las demandas que una vida respetuosa y responsable conlleva. La que nuestros niños y nuestras niñas se merecen. La que nosotros nos merecemos.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
Siempre he trabajado con niños/as y adolescentes, y en consecuencia, con sus familias y escuelas. A raíz de ello me he dado cuenta de que sois vosotros y vosotras, los padres y madres, los que muchas veces necesitáis ese acompañamiento y una mirada comprensiva que arroje luz y calma al ruido del día a día, a las montañas que a veces se hacen tan cuesta arriba y a callar esos castigos que nos imponemos por no cumplir el “deber ser” o lo que (creemos) se espera de nosotros. Nada de eso es necesario, con disfrutar y aprender en el trayecto es suficiente.
También, a raíz de este trabajo con peques, he visto cómo muchas veces acaban acudiendo a terapia cuando en realidad son mamá y papá los que han de acudir; a menudo los niños/as tan solo son el reflejo y la proyección de nuestro malestar.
Con el tiempo, vi que esto era aplicable y necesario para todos/as, ya no sólo para mamás y papás, si no para cualquier adulto en general que, cada vez más, va en busca de ese “algo más” en nuestro interior y trabajar desde ahí. Porque, en realidad, la crianza empieza en nosotros.
Mi Propósito
Esta aventura es por y para vosotros; y para mí, por supuesto, porque me siento feliz de poder ser vuestra acompañante por un tiempo cuando me abrís las puertas de vuestra vida y/o familia. Deseo poder seros de ayuda en vuestros procesos.
Desde la psicología he podido tratar con todo tipo de peques y adultos, desde quiénes llegan a consulta con un diagnóstico específico hasta quiénes simplemente necesitaban, tanto ellos/as como su familia, una ayuda puntual para una situación o situaciones puntuales. Y a través de los acompañamientos, he comprobado que todo inicia en el desarrollo y camino personal de cada uno/a; en la intención responsable de sanar y mejorar para adentrarnos a una vida de óptimo bienestar .
Os ofrezco mi mano, mis ojos y mis oídos, así como mis palabras y herramientas, para que podáis disfrutar de vuestro proceso personal de descubrimiento de lo que lleváis en vuestro interior, y/o de crianza, siendo vosotros y vosotras los que al final del día consigáis arrojaros esa mirada comprensiva.
Somos seres en transformación: todo nace, todo muere y vuelve a renacer desde un nuevo lugar.
Un problema debe ser resuelto en un estado de consciencia diferente al estado en que se creó.
El cambio es necesario.
En la alquimia, los elementos que nos rodean (tierra, aire, fuego y agua), de los cuales somos hijos e hijas, se representaban mediante triángulos. El triángulo, a su vez, simboliza la tríada espíritu-alma-cuerpo que nos define como seres. Seres espirituales que, a través del alma, experimentan en un cuerpo humano que vive y siente.
En el transcurso de la vida, así como en la psicología, en la crianza y la educación conscientes, se requiere de una firme extrospección e introspección, de cuestionamientos y aceptación constantes, de renovarse y fluir, y de poder integrar esa y otras tríadas (si vamos a lo físico meramente, cuerpo-mente-corazón), cuidando de ellas. De este modo, nos vamos desarrollando y vamos permitiendo el cambio, alcanzando lo que llamo yo “ir saltando de nivel o dar saltos internos”, los cuales a su vez, hacen que podamos cambiar nuestra realidad y nuestros resultados. Es necesario dejar a esos cambios para que fluyan y los ciclos se cumplan, para dejar atrás lo viejo, lo que ya no sirve, y dar paso a lo nuevo, a lo que vibra con nosotros. De esa manera acompañamos nuestra propia naturaleza: debemos enraízarnos, respetar nuestros tempos, limpiarnos y sanarnos, hay que sentir y transformarse para llegar a una evolución y una realización, al igual que todos esos elementos naturales.
Es nuestra responsabilidad, como adultos, hacernos cargo de nuestro -niño-interior, para acompañar a nuestras niñas y niños en un camino constante de aprender y desaprender, de descubrimiento desde la consciencia de todo lo que nos rodea. Cómo nos y les educamos, acompañamos, guiamos… en cada uno de los pasos del camino, será determinante para el futuro que dejaremos.
Para mí es primordial volver a lo básico: a los valores que nacen del amor, de la comprensión, la ayuda, la honestidad, el respeto. Respetar la naturaleza, escucharla y observar cómo se comporta para ver que todos somos como ella: iguales e igualmente diferentes a la vez, con derecho a recibir ese amor y a expandirnos. En ella están los valores que considero necesarios para emprender este camino. Respetarnos, respetar todo lo que nos envuelve, permitirnos ser y vernos reflejados en ello es el primer paso de humildad hacia el conocimiento y crecimiento interior. Integrar que tenemos responsabilidad de todo cuanto nos acontece, y que por tanto, tenemos el poder de cambiarlo, es el arma más poderosa que podemos aprender y trasladar. El renovarse y volver a empezar, como la oruga que da paso a la mariposa, como la lluvia que da paso al sol… Y que no hay error, sólo aprendizaje. Todo está en nosotros. Principio y fin. Fin y principio.
Con nuestro modelo adulto, dejaremos en los niños y las niñas nuestras propias semillas… ¿cuáles quieres plantar y SER tú'? En ellos se verá la esencia de nuestro acompañar.
Esta visión global niño(interior)-adulto-niño ha sido necesaria para mí y mi trabajo, puesto que justamente somos ese Principio-Fin y viceversa. Todos somos agentes partícipes de la evolución y nos integramos con el entorno, influimos en él, y eso incluye las personas que nos rodean, sin importar la edad. Por tanto, decidir hacerlo con consciencia o no, será lo que marque la diferencia en el mañana, dando paso a una nueva era de desarrollo y bienestar interior.
Es desde la visión de la Psicología Transpersonal y de la Crianza Consciente que establezco las bases para acompañar este proceso y es desde ahí que daremos respuesta a todas las preguntas que surjan, adaptando y evolucionando en lo que sea necesario para el bienestar, comprendiendo y aceptando la naturaleza del ser, de manera global e integral para generar cada uno su propia alquimia interna.
Conecta con cada parte de tu ser esencial y de los seres esenciales de tu vida.
Conecta contigo. Conecta con ellos. Conectemos.
Filosofía
La alquimia de la vida, de dentro afuera.
Esencia: Sé la Tierra, el Aire, el Fuego, el Agua.
Siente el Espíritu.
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Tierra
Anclaje. Templanza. Sustento y cuna.
En la tierra nacemos y en ella nos enraízamos. Florece y nos muestra cómo abrirnos paso en el mundo con miles de colores y manifestaciones. Es infinita y sabe poner límites. Es abundante, compasiva, plena. Es serenidad. Los pies en el suelo, ser conscientes. Las estaciones y los cambios de ciclo.
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Aire
Expansión, libertad. Movimiento, ingravidez.
Es nuestra mente, el intelecto, nuestros pensamientos, van y vienen; nos lleva del pasado al futuro, o al presente, si estamos en equilibrio. Nos permite respirar y purificar. Inhala y exhala. Comprende y analiza, lo ve todo desde arriba. Observa las emociones. Inspiración.
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Fuego
Intensidad. Vibración. Pasión y expresión o ira y rencor.
Es la transformación en estado puro. Es la iniciativa y el impulso de la creación. Revolución. Es el deseo, la llama que ilumina el camino. La luz. El calor, el ímpetu y la seguridad, la confianza. La quema y el deshecho, es la catarsis y el motor de liberación de patrones.
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Agua
Emoción. Amor incondicional. Subconsciente.
Es versátil, es navegar por el mundo interior, y descubrir nuestras luces y sombras. Fluir con la marea y el curso de la vida. Adaptabilidad. Las lágrimas y su limpieza. Sentir, sanar. Es el corazón. Es nuestro 70% corporal. Compasión y empatía. Sueños. Es la intuición.
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Espíritu
Eres TÚ.
El conjunto de todas tus idas y venidas, de tus subidas y bajadas, amándote y respetándote. Aceptándote. El camino de la evolución. El resultado de la naturaleza que hay en ti y el principio de la misma. El Espíritu está en cada célula de tu ser.
