Respetar cada proceso, confiar en los ciclos,
honrar y comprender el camino transitado.

Somos seres en transformación: Todo nace, todo muere y vuelve a renacer desde un nuevo lugar.
Un problema debe ser resuelto en un estado de consciencia diferente al estado en que se creó.
El cambio es necesario.

En la alquimia, los elementos que nos rodean (tierra, aire, fuego y agua), de los cuales somos hijos e hijas, se representaban mediante triángulos. El triángulo, a su vez, simboliza la tríada espíritu-alma-cuerpo que nos define como seres. Seres espirituales que, a través del alma, experimentan en un cuerpo humano que vive y siente.

En el transcurso de la vida, así como en la psicología, en la crianza y la educación conscientes, se requiere de una firme extrospección e introspección, de cuestionamientos y aceptación constantes, de renovarse y fluir, y de poder integrar esa y otras tríadas (si vamos a lo físico meramente, cuerpo-mente-corazón), cuidando de ellas. De este modo, nos vamos desarrollando y vamos permitiendo el cambio, alcanzando lo que llamo yo “ir saltando de nivel o dar saltos internos”, los cuales a su vez, hacen que podamos cambiar nuestra realidad y nuestros resultados. Es necesario dejar a esos cambios para que fluyan y los ciclos se cumplan, para dejar atrás lo viejo, lo que ya no sirve, y dar paso a lo nuevo, a lo que vibra con nosotros. De esa manera acompañamos nuestra propia naturaleza: debemos enraízarnos, respetar nuestros tempos, limpiarnos y sanarnos, hay que sentir y transformarse para llegar a una evolución y una realización, al igual que todos esos elementos naturales.

Es nuestra responsabilidad, como adultos, hacernos cargo de nuestro -niño-interior, para acompañar a nuestras niñas y niños en un camino constante de aprender y desaprender, de descubrimiento desde la consciencia de todo lo que nos rodea. Cómo nos y les educamos, acompañamos, guiamos… en cada uno de los pasos del camino, será determinante para el futuro que dejaremos.

Para mí es primordial volver a lo básico: a los valores que nacen del amor, de la comprensión, la ayuda, la honestidad, el respeto. Respetar la naturaleza, escucharla y observar cómo se comporta para ver que todos somos como ella: iguales e igualmente diferentes a la vez, con derecho a recibir ese amor y a expandirnos. En ella están los valores que considero necesarios para emprender este camino. Respetarnos, respetar todo lo que nos envuelve, permitirnos ser y vernos reflejados en ello es el primer paso de humildad hacia el conocimiento y crecimiento interior. Integrar que tenemos responsabilidad de todo cuanto nos acontece, y que por tanto, tenemos el poder de cambiarlo, es el arma más poderosa que podemos aprender y trasladar. El renovarse y volver a empezar, como la oruga que da paso a la mariposa, como la lluvia que da paso al sol… Y que no hay error, sólo aprendizaje. Todo está en nosotros. Principio y fin. Fin y principio.

Con nuestro modelo adulto, dejaremos en los niños y las niñas nuestras propias semillas… ¿cuáles quieres plantar y SER tú'? En ellos se verá la esencia de nuestro acompañar.

Esta visión global niño(interior)-adulto-niño ha sido necesaria para mí y mi trabajo, puesto que justamente somos ese Principio-Fin y viceversa. Todos somos agentes partícipes de la evolución y nos integramos con el entorno, influimos en él, y eso incluye las personas que nos rodean, sin importar la edad. Por tanto, decidir hacerlo con consciencia o no, será lo que marque la diferencia en el mañana, dando paso a una nueva era de desarrollo y bienestar interior.

Es desde la visión de la Psicología Transpersonal y de la Crianza Consciente que establezco las bases para acompañar este proceso y es desde ahí que daremos respuesta a todas las preguntas que surjan, adaptando y evolucionando en lo que sea necesario para el bienestar, comprendiendo y aceptando la naturaleza del ser, de manera global e integral para generar cada uno su propia alquimia interna.

Conecta con cada parte de tu ser esencial y de los seres esenciales de tu vida.

Conecta contigo. Conecta con ellos. Conectemos.

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Filosofía

La alquimia de la vida, de dentro afuera.

“Si siembras un pensamiento cosecharás una acción.
Si siembras una acción cosecharás un hábito.
Si siembras un hábito cosecharás un carácter.
Si siembras un carácter cosecharás un destino.”

- El Tibetano -

“Children are the living messages
we send to a time we will not see.”

“Los niños son los mensajes vivientes que enviamos a un tiempo que no veremos.”
- Neil Postman -

Esencia: Sé la Tierra, el Aire, el Fuego, el Agua.
Siente el Espíritu.

  • Tierra

    Anclaje. Templanza. Sustento y cuna.

    En la tierra nacemos y en ella nos enraízamos. Florece y nos muestra cómo abrirnos paso en el mundo con miles de colores y manifestaciones. Es infinita y sabe poner límites. Es abundante, compasiva, plena. Es serenidad. Los pies en el suelo, ser conscientes. Las estaciones y los cambios de ciclo.

  • Aire

    Expansión, libertad. Movimiento, ingravidez.

    Es nuestra mente, el intelecto, nuestros pensamientos, van y vienen; nos lleva del pasado al futuro, o al presente, si estamos en equilibrio. Nos permite respirar y purificar. Inhala y exhala. Comprende y analiza, lo ve todo desde arriba. Observa las emociones. Inspiración.

  • Fuego

    Intensidad. Vibración. Pasión y expresión o ira y rencor.

    Es la transformación en estado puro. Es la iniciativa y el impulso de la creación. Revolución. Es el deseo, la llama que ilumina el camino. La luz. El calor, el ímpetu y la seguridad, la confianza. La quema y el deshecho, es la catarsis y el motor de liberación de patrones.

  • Agua

    Emoción. Amor incondicional. Subconsciente.

    Es versátil, es navegar por el mundo interior, y descubrir nuestras luces y sombras. Fluir con la marea y el curso de la vida. Adaptabilidad. Las lágrimas y su limpieza. Sentir, sanar. Es el corazón. Es nuestro 70% corporal. Compasión y empatía. Sueños. Es la intuición.

  • Espíritu

    Eres .

    El conjunto de todas tus idas y venidas, de tus subidas y bajadas, amándote y respetándote. Aceptándote. El camino de la evolución. El resultado de la naturaleza que hay en ti y el principio de la misma. El Espíritu está en cada célula de tu ser.